TURQUIA: EL VERDADERO GOLPE DE ESTADO ES LA OBRA MAESTRAL DE ERDOGAN
El fallido golpe de estado en Turquía continúa siendo una incógnita, qué parte del ejército se rebeló, los altos mandos del ejército que participaron, y porque fracasó. Hay muchos puntos de interrogantes que no se pueden conocer en un ambiente de un golpe de estado real llevado a cabo por el propio presidente turco Erdogan y el partido islamista del “desarrollo y justicia”, es difícil conocer la verdad cuando se ha desmantelado todo el poder judicial turco, 2750 jueces destituidos por orden de Erdogan, entre ellos la mayoría de los tribunales de justicia y de la constitución.
Erdogan ha tenido siempre la aspiración de una parte, de ser el caudillo de Turquía y de otra parte la liquidación de la constitución laica. En las últimas elecciones parlamentarias no le dieron los dos tercios para poder modificar la constitución en 2 direcciones:
- Primero, acabar con el sistema parlamentario para instalar un modelo presidencialista, todo el poder en mano del presidente. Esa aspiración de Erdogan obligó al presidente del gobierno Oglu a dimitir, a pesar de que son del mismo partido islamista.
- Segundo, avanzar en la islamización de la vida pública y política, acabar con la tradición y la constitución laica. Ha empezado en la islamización del sistema educativo y en algunas medidas la relación entre la mujer y en el hombre en el ámbito público.
Pero la aspiración de Erdogan no se limita a la política interna, sino también a nivel regional como potencia regional, ha intervenido en los asuntos internos de países de la zona para favorecer a la Hermandad Musulmana, en Egipto, en Túnez, en Libia, y militarmente en Iraq y en Siria, en apoyar a diferentes grupos terroristas en Iraq y Siria, apoyar a DAESH, a Jabhat Al Nasra, Jabhat Al Sham etc… todo esto ha provocado seguramente un malestar con la tradición laica del ejército turco. Erdogan ha montado un sistema de espionaje y de servicios secretos fuera del control del ejército, un aparato policial paralelo fiel al caudillo, unas milicias paramilitares bajo su mando directo, que puede utilizar en la vida política interna como en el apoyo a los grupos terroristas islamistas en los países de la región. De otra parte, Erdogan ha conseguido que el parlamento turco aprueba el levantamiento de la inmunidad sobre 133 parlamentarios de la oposición, principalmente del Partido Democrático de los Pueblos de mayoría kurda. Así que, el real golpe de estado es obra ya iniciado desde tiempo por el propio Erdogan.
El objetivo de Erdogan va más allá de la política, quiere también crear una impunidad alrededor de su persona y de su familia, acusados por la corrupción, el enriquecimiento ilegal, y el derroche de dinero público por ambiciones personales como es la construcción de su palacio de 300 mil metros cuadros (60 veces más grande que el Pentágono).
La política propia de Ordegan ha provocado miedo y enemistad en todos los lados, en la oposición, en el ejército y a nivel internacional, entre sus aliados en la OTAN, con Rusia, con Siria, con Iraq, con Egipto etc…pero también en su propio partido, y entre las personas más cercanas. En las primeras horas del golpe de estado fallido ningún gobierno del mundo, ni la Unión Europea, ni EEUU, ni Rusia se han pronunciado en apoyo a Erdogan, la mayoría han expresado el deseo que no haya violencia y derramamiento de sangre, es a partir de que empezaron llegar las noticias del fracaso del golpe es cuando la UE Europea y EEUU y otros se han pronunciado en apoyo al gobierno elegido democráticamente en Turquía.
No hay que destacar que los más cercanos a Erdogan también pueden estar detrás del golpe de estado fallido, las detenciones llevadas a cabo contra los golpistas alcanzó al Consejero militar del propio Erdogan y al consejero militar del anterior presidente del gobierno Oglú.
Erdogan en su persona ya controla todos los aparatos del estado, ha desmantelado el ejército, ha desmantelado el poder judicial, controla la policía, los servicios secretos, y ha conseguido encajar al parlamento y la oposición. En ese ambiente es difícil saber la verdad y sin duda los juicios contra los miles de acusados del golpe, los juicios no tendrán la garantía de un verdadero estado de derecho. Lo más peligroso es, la pretensión de Erdogan de reinstalar la pena de muerte abolida hacia más de una década por exigencia de la Unión Europea, Erdogan ha manifestado su deseo de “castigar con pena de muerte a los traidores”.
Los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos han de estar al tanto de lo que está pasando en Turquía. A la represión contra el pueblo kurdo, contra los periodistas, contra los refugiados, contra la izquierda turca, hoy hay que añadir a la lista a miles de soldados, de jueces, en fin a casi toda la estructura del estado frente a un caudillo. La Unión Europea tiene que revisar su política de “todo vale” con Turquía, tiene que exigir a Erdogan el respeto de los derechos humanos, juicios justos, y la recuperación del poder de las instituciones democráticos y también de un poder judicial independiente.
A partir de a hora, tendremos en claro el verdadero golpe de estado, obra maestral de Erdogan.