LAS ELECCIONES MUNICIPALES EN EL LÍBANO EVIDENCIAN EL RETROCESO DE LOS PARTIDOS CONFESIONALES Y TRADICIONALES
El 29 de mayo, fue el último día de un proceso de elecciones municipales que duraron cuatro domingos seguidos, en 4 regiones, en Beirut y el Bekaa, en el Monte Líbano, en el sur y el último día fue en el norte del país. A pesar que el Líbano es tres veces más pequeño que Catalunya, las elecciones no se celebran el mismo día. El pretexto y la justificación del gobierno son la seguridad y la incapacidad de desplegar las fuerzas de seguridad en todo el país y en el mismo día. En las elecciones municipales igual que las parlamentarias se aplica el sistema mayoritario y unipersonal, la única diferencia es, que en las municipales no hay reparto confesional, y las elecciones se celebran cada 6 años.
Los resultados de las elecciones evidencian la pérdida de fuerza de los partidos confesionales y la clase política tradicional, frente a listas que representan grupos de la sociedad civil, laicas, progresistas y de la izquierda. Todos los partidos confesionales se han puesto de acuerdo para formar listas conjuntas en todo el Líbano, bajo el nombre de “conciliación”. El Corriente Futuro de Hariri (mayoría sunita), Amal (Chiita), Hezbollah (Chiita), Fuerzas Libanesas (cristianos), General Aoun (cristianos), Tashnak (armenio), Hantshak (armenios), PSP de Walid Jumblat (drusos) etc… todos se han puesto de acuerdo de presentar listas conjuntas. Toda la clase política tradicional se ha puesto de acuerdo en contra de la sociedad civil, en contra de las fuerzas laicas y progresistas.
Entre esos grupos confesionales, el gran perdedor es Saad El Harriri, dirigente del Corriente Futuro de mayoría sunita, sobre todo en las 2 ciudades Beirut y Trípoli, donde en las últimas elecciones conseguía mayoría absoluta. En Beirut solo han participado el 20% del censo electoral, de 450.000 electores solo han participado 80.000, la lista apoyada por Harriri ha tenido 40.000 votos (10% del censo), la lista “Beirut mi Ciudad” que agrupa a diferentes figuras de la sociedad civil, del mundo de la cultura como la directora de cine Nadine Labaki, ha conseguido 32.000 votos, y la lista “Ciudadanos y Ciudadanas de un Estado” de izquierda ha conseguido 10.000 votos, como el sistema es mayoritario, la lista apoyada por Harriri ganó todo el Consejo Municipal de la ciudad de Beirut. Si hubieran fructificado los intentos de unir las 2 listas de la sociedad civil y de la izquierda, la capital del país hubiera sido gobernada por una alianza de progresistas, de laicos y de izquierda.
En la ciudad de Trípoli, una lista apoyada por el dimisionario ministro de justicia ha ganado frente a la lista apoyada por Harriri, personalidades tradicionales de Trípoli, los partidos cristianos y los islamistas.
En todo el territorio libanés, en el sur, Monte Líbano, Bekaa, y en el Norte, las fuerzas políticas confesionales han retrocedido. En muchos municipios, las listas que representan a grupos de la sociedad civil y de la izquierda han conseguido ganar frente a la alianza antinatural entre los partidos confesionales, o han conseguido entrar en los consejos municipales, y en los municipios donde se ha perdido el porcentaje de votos a veces superó el 45%.
Un centenar de municipios en todo el territorio libanés serán gobernados por el Partido Comunista, un ejemplo destacado es la ciudad de Aarsal, una ciudad en el Bekaa Norte, en la frontera con Siria, de 40.000 habitantes, que fue ocupada varias veces por los grupos terroristas de Daesh (Estado Islámico) y Jabhat Al Nasra, y donde está ubicado el mayor campamento de refugiados sirios, en esa ciudad ganó la lista apoyada por el Partido Comunista frente a la lista apoyada por Harriri y los islamistas.
Las elecciones municipales demuestran:
- que el pretexto de seguridad no es válido para justificar la prolongación del mandato del parlamento libanés 2 veces, la celebración de las elecciones sin ningún accidente importante demuestra que es posible celebrar elecciones parlamentarias.
- El retroceso de los partidos confesionales, crecen las fuerzas laicas, progresistas y de izquierda. Eso refleja una opinión pública harto de la clase política tradicional dominante, de la corrupción y la incapacidad de crear un estado con instituciones e infraestructuras que funcionan.
- Los resultados representan una advertencia a la clase política dominante, la pregunta es si eso puede provocar un cambio en la política de esa clase en el sentido de hacer algunas reformas como un tubo de escape para disminuir de la presión de la sociedad. Conociendo esa clase política confesional lo más probable, es encerrarse más, con más intransigencia frente a cualquier cambio democrático, eso lo demuestra el debate actual sobre la ley electoral, esas fuerzas han demostrado su rechazo a una ley moderna sobre la base de un sistema proporcional, y aconfesional.