LA ALIANZA MILITAR SAUDÍ DE LA ÚLTIMA HORA
La alianza militar encabezada por Arabia Saudita para agredir al país árabe vecino, El Yemen, esta teniendo consecuencias catastróficas sobre la vida humana y las infraestructuras de ese país, según datos de organizaciones internacionales, las agresiones aereas han causado más de 400 civiles muertos y cerca de 1000 heridos, como la destrucción de casas e infraestructuras como son fabricas, puentes, y carreteras. Los bombardeos no distinguen entre objetivos militares o civles, varios hospitales, mercados y campos de refugiados han sido alcanzados por la aviación de la alianza. El poder militar del ejército yemení y de las milicias de los Comités Populares de mayoría huzí, sigue intacto. El ejército yemení y los Comités Populares siguen avanzando en el terreno, y en las últimas horas ya controlan la gran parte de la ciudad de Adan, la que era el feudo del expresidente Mansour Abdel Hadi, que se ha refugiado en Arabia Saudita.
La familia Saud que tiene el poder absoluto sobre Arabia Saudita ha sido incapaz de aprender de su propia historia en sus succesivas injerencias políticas y militares en Yemen, desde los años cincuenta del siglo pasado, con sus intervenciones para frenar al movimiento nacionalista árabe, con el apoyo de Nasser, que terminó con la división del país entre Yemen del Norte y Yemen del Sur (Republica Socialista del Yemen), tampoco han aprendido de sus patrones y protectores, de las intervenciones militares de EEUU, Francia, Ingleterra en Iraq, Afganistan, Libia, Siria etc... y de la más reciente alianza encabezada por EEUU contra el grupo terrorista, el Estado Islámico en Iraq y el Levante (DAESH), que han demostrado con las intervenciones militares tanto desde el aire, como en la tierra, acaban en fracaso.
La Alianza militar saudí carece de toda legitimidad, ni por la Carta de la Liga Árabe, ni por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unida. La Carta de la Liga Árabe contempla una intervención militar conjunta si existe un peligro externo contra un país árabe, pero no legitima una agresión de un país árabe contra otro país árabe. Los acuerdos y las resoluciones de la Liga Árabe se toman por unanimidad, en ese caso, no existe esa unanimidad, Iraq, Argelia, Oman, han rechazado la intervención, y el Líbano ha anunciado su reserva. En la historia de la Liga Árabe, solamente dos veces se autorizó la creación y la acción militar conjunta, en la guerra de 1973 contra Israel, y en 1976, la creación de las Fuerzas de Disuación Árabe (FDA) para la pacificación en el Líbano, y que ha dado cubertura a la intervención del ejército sirio en el Líbano. En el primer caso era más teatral que real y en el segundo ha acabado en total fracaso, las FDA han acabado ahogados en el laberinto libanés, y al cabo de 2 años abandonaron el Líbano, dejando la mano libre al ejercito sirio. Entonces las experiencias propias del mundo árabe, como las experiencias internacionales han demostrado que las intervenciones militares extranjeras para cambiar regimenes o interferir en asuntos internos de otros países terminan en desgracia y fracaso.
Arabia Saudita y los países del Golfo, intentaron dar cubertura a la agresión en la cimera de la Liga Árabe celebrada 2 días después del inicio de la guerra, no tanto por el interés común del mundo árabe o por la "seguridad nacional árabe", sino por dos motivos a la desesperada:
1- Una guerra terrestre, y la invasión del yemen, necesita decenas de miles de soldados, seguramente esos soldados no son saudís, ni qatarís, ni kuwaitís, esos ejercitos pueden bombardear desde el aire, pero no son capaces por estatu de previlegios y por tradición de entrar en combates terrestres, no estan dispuestos a morir y vivir la guerra con sus propias carnes. Arabia Saudita y los países del golfo, buscan soldados y mercenarios en otros países, a cambio de dinero, principalmente de Egipto y Pakistan, buscan soldados pobres para matar a yemenis pobres.
2- Arabia Saudí, que aspira ser reconocida como potencia regional, estaba en contra reloj, con el avance de las negociaciones entre Iran y las potencias 5+1 sobre el programa nuclear iraní, ese acuerdo puede consolidar a Iran como potencia regional decesiva en muchos conflictos de la zona, en Iraq, en Siria, en el Líbano, y también en Yemen. Los saudís y los israelís animados por el ministro de asuntos exteriores de Francia, Laurent Fabios, han puesto todo la carne en el asador para impedir que se llegue a un acuerdo con Iran. A pesar de las repetidas declaraciones de Obama y de John Beyker sobre la voluntad de EEUU de avanzar hacia un acuerdo, han continuado pensando que tanto por presiones del Loby sionista en EEUU, que domina en el partido Republicano, y parte del partido Democrata, como por presiones de Francia, y las presiones de los saudís y de los emiratos del golfo a través del dinero y a través de los grupos terroristas, pueden impedir un acuerdo. Los saudís cuando han visto que el acuerdo es inminente, han reaccionado a la desperada, anunciando la alianza militar contra Yemen, una huida hacia delante, sin perspectiva, simplemente con la esperanza que se les tengan en cuenta en un nuevo orden regional y en el post acuerdo. Es la alianza de la última hora.
El anuncio del acuerdo entre las potencias 5+1 e Iran, debuja una nueva situación en todo Oriente Medio, donde Iran tendrá su papel influente y decesivo. En cambio, el mundo árabe que esta sumergido en conflictos y guerras internas es el campo de batalla, y en el mejor de los casos, el jugador secundario. No toda la culpa es del exterior. La culpa, es de los propios árabes, de los regimenes que durante epocas, han renunciado a la dignidad, a la independencia frente a las potencias extranjeras sobre todo frente a EEUU, han renunciado a la causa palestina, han renunciado a construir sociedades y países desarrolladas socialmente y economicamente, han reprimido las aspiraciones de sus pueblos en la libertad, democracia, dignidad y justicia social. Arabia Saudí, Qatar, y otros del golfo, que han creado el monstruo del terrorismo en sus diferentes vertientes, llamado Qaeda, Daesh, Jabhat Nasra, etc... , que han llevado a los pueblos árabes al desastre, al sufrimiento, a la pobresa, a la muerte, y a una nueva "nakba", no tienen la legitimidad, la capacidad, y ni el modelo para construir sociedades cohesionadas indispensables para llenar el vacio, y avanzar a un orden propiamente árabe, capaz de imponerse como potencia regional y mundial, a tener en cuenta.
Una vez más sufrimos las consecuencias de la ausencia o la debilidad de un proyecto árabe, unificador, democrático, cohesionador y laico.
Ghassan Saliba Zeghondi