EN EL LÍBANO, CERCA DE 2.500.000 PERSONAS REFUGIADAS VIVEN POR DEBAJO DEL LINDAR DE LA POBREZA

2016-06-21 00:31

Los responsables políticos libaneses insisten que el Líbano “no es país de refugiados”, basándose en que el gobierno libanés no firmó la Convención de Ginebra de 1951 sobre refugiados .En el 20 de junio (Día Internacional de las Personas Refugiadas) de 2016, el Líbano está clasificado como el primer país de refugiados comparando por el número de población, por 4.000.000 de habitantes (es una aproximación, por falta de censo desde 1932) viven en el país cerca de 2.500.000 personas refugiadas de diferentes nacionalidades, la mayoría de nacionalidad de Siria.

Desde el inicio de la guerra en Siria, ha llegado al Líbano cerca de 2.000.000 repartidos en 1200 localidades. Según la Alta Comisión de Refugiados, entre 2014 y 2015 han abandonado el Líbano 300.000 refugiados sirios, para estabilizar el número de refugiados sirios registrados   en 1.048.275 personas y otros 500.000 por diferentes motivos no están registrados como refugiados entre ellos sirios acomodados económicamente  y otros no se han registrado por motivos políticos. Al Líbano también han llegado 100.000 palestinos residentes en Siria, la mitad de ellos se marcharon del Líbano por barcos. A los refugiados sirios hay que sumar también 40.000 refugiado iraquí (20.000 registrados en ACNUR), 2000 refugiado sudaneses registrados, centenares de somalís y de Etiopia, y principalmente cerca de 500.000 de refugiados palestinos que llegaron al Líbano en 1948 y en 1967. Según ACNUR, en 2009 había también 25.000 palestinos que no disponían de documentos de identificación. En total cerca de 2.500.000 el número de personas refugiadas en el Líbano.

El gobierno libanés ha seguido la política de huir  de sus responsabilidades hacia las personas refugiadas con el pretexto que el Líbano no ha firmado todavía la Convención de Ginebra de 1951. En principio el gobierno ha seguido la política de “no nos concierne” para posteriormente encargar el tema de refugiados al Ministerio de Asuntos Sociales que se limita a gestionar las ayudas que llegan de los países donantes y del dinero que recibe cada año  ACNUR. En este año, la Alta Comisión para Refugiados solo ha recibido el 20% de las necesidades, eso se traduce en la escandalosa situación de las personas refugiadas en general y sirias en particular.  Los números cantan, y demuestran la mala gestión de ese asunto por parte de Naciones Unidas y el mundo, la Alta Comisión para los Refugiados ha solicitado en su último llamamiento, la cantidad de 2 mil millones y 118 millones de dólares para el 2016, hasta el momento solo se ha recibido 500 millones de dólares.

Según Liza Abou Zaid, del buró de comunicación de la Alta Comisión de Refugiados que el 70% de los refugiados sirios viven por debajo del lindar nacional de la pobreza (3,8 dólar por día), y 55% por debajo del lindar de pobreza extrema (2 dólares al día). La pobreza y el aumento de las necesidades frente a pocas ayudas han producido que el 90% de las personas refugiadas están endeudadas (aprox. 1000 dólares por persona), el 80% de las personas refugiadas tienen que pagar el alquiler (mínimo 200 dólares al mes en sitios inadecuados para habitar), en garajes, chabolas. El 17% de las personas refugiadas viven en tiendas  sin la infraestructura básica a nivel sanitario y de servicios.

Eso no viene de la nada, es consecuencia de las pocas ayudas que reciben las personas refugiadas (27 dólares por persona al mes), menos de un dólar por día. Solamente el 55% de las personas registradas reciben esa cantidad, del Programa Mundial de Alimentación  que trabaja de forma independiente de la Alta Comisión de Refugiados. ACNUR se encarga en cubrir el alojamiento del 55% de los que viven en lugares inadecuados, más el suporte legal, las ayudas sanitarias, educación y las ayudas durante el invierno en material de calefacción (gasóleo y mantas). ACNUR se ocupa de cubrir el 90% de los casos sanitarios de urgencia, en hospitalización se gasta 3 millones de dólares mensuales, ACNUR también cubre las necesidades de 15% de las familias de pobreza extrema (40.000 familias) en una ayuda de 175 dólares.

Toda esa situación obliga a las personas refugiadas a buscar estrategias para vivir como es el trabajo infantil, empujar a los menores al mercado de trabajo. En los campos de agricultura  del Líbano encontramos a menores de los 2 sexos entre 6 a 12 años trabajando, a un precio que no llega 0,70 euros la hora, también centenares de menores que trabajan en garajes de mecánica y en la industria, eso sin contar a los menores abandonados en las calles que se dedican a mendigar, a veces víctimas de grupos organizados que les castigan si no aportan una cantidad de dinero al día. Según los estudios de diferentes organizaciones de juristas, las mujeres son las otras víctimas que están obligadas a la prostitución para poder mantener a la familia.

En el mercado laboral, la explotación de las personas refugiadas tanto mayores como  menores, hombres y mujeres  está  generalizada, por salarios muy bajos, la falta de seguridad y las condiciones dignas.

SAADA EELOUA  20/06/2016 (Beirut)