EGIPTO: LAS ÚLTIMAS ELECCIONES PARLAMENTARIAS, UNA OPORTUNIDAD PERDIDA DE DEMOCRATIZACIÓN.
2015-12-20 00:18
Los resultados de las últimas elecciones parlamentarias celebradas en Egipto, han demostrado que las cosas no han avanzado, y que el proceso de cambio democrático real está paralizado. Es verdad, que no podemos hablar de falsificación directa de los resultados en las urnas como en la época de Sadat y Mubarak, pero si podemos asegurar la falta de honestidad y de imparcialidad en la falsificación de la voluntad del pueblo, los resultados no expresan las aspiraciones de los pobres y de los trabajadores, que son la mayoría del pueblo egipcio. La participación ha sido muy baja, el 28,2% del electorado, los ciudadanos no han sentido concernidos, por la ausencia de temas que los afecta directamente como son: el paro, la educación, la vivienda, la sanidad, el transporte, el agua potable y otros servicios básicos. Los parlamentarios elegidos son 555, de ellos 316 son independientes y 239 representan a los partidos, falta la elección de 13 diputados y los 28 que nombra el presidente del República directamente. El grupo mayoritario es "Alianza de Apoyo al Estado" que agrupa a 400 parlamentarios.
Hay varios factores que han influido en ese proceso electoral, a citar:
1- Las leyes decretadas para la organización de las elecciones, tanto la ley electoral, como las divisiones de las circunscripciones han tenido efecto negativo sobre el proceso electoral. El gobierno rechazó todas las demandas de los partidos, de las fuerzas políticas y de las organizaciones democráticas, e insistió en aplicar unas leyes para asegurar un parlamento afín, un parlamento no contestatario al presidente de la República, y para debilitar el papel de las fuerzas democráticas y progresistas que rechazan una parte importante de las políticas del régimen sobretodo en lo económico y social, y en el nivel de las libertades.
La división de las circunscripciones, y las grandes sumas de dinero que toca pagar por los candidatos, han imposibilitado que trabajadores, campesinos, ciudadanos corrientes, y partidos con poca posibilidad económica pueden presentarse y llevar una campaña electoral, solo los grandes capitalistas han tenido esta capacidad. Hay que señalar también, el sistema poco democrático y poco representativo, en dividir la cámara entre 20% elegidos por listas, y el 80% por la vía de candidatos unipersonales con el sistema mayoritario y no proporcional.
2- A pesar que la ley ha limitado el techo de los gastos electorales de los candidatos, pero el Comité Superior de las Elecciones no ha hecho nada para controlar estos gastos, no ha asumido su responsabilidad. Los candidatos del gran capital tanto del antiguo régimen o del actual han superado los gastos fijados por ley, y por la primera vez se ha generalizado "la corrupción electoral", la compra de votos. Según el Centro de Estudios Políticos y Estratégicos del diario Al AHRAM, en el nuevo parlamento, los hombres de negocio, altos cargos en los sectores públicos y privados, grandes empresarios, grandes comerciantes e los grandes importadores representan más del 25% de los parlamentarios. Eso ha frustrado uno de los objetivos de las revoluciones del 25 de enero y del 30 de junio, de separar el poder político del capital financiero y los lobbys económicos.
A esto, hay que añadir el elevado número de parlamentarios de anteriores mandos del ejército y de la policía, en total 75 diputados, eso es una amenaza contra el proceso de transformación democrática, sobre las libertades y sobre los derechos humanos. A pesar que el pueblo egipcio valora positivamente el papel jugado por el ejército en las dos revoluciones, pero al mismo tiempo teme el aumento de su papel en los aparatos del estado, y las consecuencias sobre el desarrollo democrático y la consolidación de un estado civil.
Ante ese panorama electoral, muchos candidatos han renunciado a seguir en la campaña electoral, sobretodo los sectores progresistas, democráticos y de la izquierda. La mayoría de la lista "Despertar Egipto", que agrupa a sectores progresistas y de izquierda han retirado sus candidaturas frente a la lista "amar Egipto" apoyada por el gobierno, por los aparatos del estado y que incluye a numerosas figuras del antiguo régimen. La presencia de la izquierda en el nuevo parlamento queda debilitada, y actualmente intenta crear un grupo parlamentario bajo el nombre de "la Alianza para la Justicia Social".
A pesar de esta valoración negativa del proceso y de los resultados electorales en general, en cambio hay que reconocer los únicos aspectos positivos: El aumento de la presencia de la mujer, de los cristianos coptos, y la derrota del partido salafista Al Nour y del corriente que representa el islam político.