SIRIA: LA BATALLA DE LOS EJES

2017-06-01 18:50

El conflicto de Siria ha entrado en una fase claramente con dimensiones estratégicas a nivel regional y mundial. Una fase conocida por los analistas como “la guerra de los desiertos”, una guerra que se desarrolla en el desierto sirio y el desierto iraquí, entre el llamado “eje de la resistencia” que agrupa a Irán-Siria-Hezbollah-Iraq con el apoyo ruso y el eje de la “Alianza” que agrupa a EEUU, Jordania, Arabia Saudita, israelí y las milicias de tribus armadas y entrenadas por expertos ingleses y norteamericanos. A simple vista, parece una batalla de controlar territorios, pero en la realidad va más allá, con fondo estratégico de mejorar posiciones en la “guerra regional” entre Irán de un lado, Arabia Saudita e Israel de otro lado, y la “guerra mundial” entre EEUU y Rusia.

El objetivo principal de la cumbre celebrada en Riad, la llamada cumbre “países islámicos-EEUU” fue la creación de  una alianza, una forma de un “OTAN entre países islámicos sunitas” en alianza con Israel y EEUU contra Irán o contra el eje (Irán-Siria-Hezbollah-Iraq), en la cumbre  los discursos de una parte de los monarcas del golfo y también del presidente Trump eran de declarar la guerra contra Irán. Posteriormente la visita de Trump a Israel era para completar el puzle de la nueva alianza. El resultado más temible y palpable de la cumbre fue el acuerdo de compra de armas por parte de Arabia Saudita con valor de 400 mil millones de dólares, que Arabia Saudita pretende utilizar no tanto directamente contra Irán, sino en los países donde están abiertos los conflictos como son Yemen, Iraq y Siria. A Trump, el negocio lo funciona, su discurso en la carrera a Casa Blanca se está haciendo realidad “si los países del golfo necesitan protección tienen que pagar” y en la misma inauguración de la cumbre se dirigió al gobierno de Qatar diciendo “les podemos vender las armas más maravillosas del mundo”.  Efectivamente, Trump  ha vuelto a EEUU y lo primero que dijo “he conseguido dinero y puestos de trabajo para los norteamericanos”. En cambio para Arabia Saudita no todo es de rosa, los pequeños emiratos árabes, entre ellos Qatar, Kuwait, Sultanato de Omán no están dispuestos a acompañar a Arabia Saudita en su aventura, por la proximidad territorial con Irán o por el porcentaje de chiitas en estos países. Lo mismo pasa con Egipto, que esta golpeada por actos terroristas de DAESH, la situación en el Sinaí que puede escapar de las manos de la soberanía egipcia, el peligro de entrar en una espiral de guerra civil, y la situación en Libia. Por ese motivo, en la cumbre, el presidente de Egipto fue cauteloso al decir “no sólo Irán representa un peligro sino hay otros países de la región que apoyan el terrorismo” seguramente refiriendo a Turquía y Qatar. Algunos analistas “mal pensados” relacionaron los atentados contra los autobuses que transportaban a egipcios coptos con el discurso de Sissi en la cumbre y su frialdad en entrar a formar parte de la “alianza saudí”.  

En todo caso, esta gran suma de compra de armas, y esta apuesta por la creación de un bloque económico y militar contra Irán, hay que traducir su efectividad en alguna parte de la región, seguramente no contra Israel, al contrario son directamente o indirectamente aliados. Los únicos sitios donde pueden probar las armas es donde hay conflictos y tensiones, en Yemen, en Iraq, en Siria y también en el Líbano. La carrera en el terreno para controlar el desierto sirio que es prolongación del desierto iraquí es en la práctica la batalla de quien controlara las fronteras entre Siria e Iraq. Irán y sus aliados intentan responder en el terreno a la alianza norteamericana, saudí e israelí, a través de un avance militar rápido coordinado entre el ejército sirio, Hezbollah con las milicias de la Movilización Popular iraquí para ocupar las fronteras entre los dos países, poner a los norteamericanos, jordanos y saudís ante el hecho consumado. Efectivamente, las milicias de la Movilización Popular ya han llegado en los últimos días casi a la frontera, del otro lado de la frontera, el ejército sirio y sus aliados han liberado en pocos días cerca de 10.000 km2 del desierto (casi la misma superficie del Líbano), su avance hacia la frontera se ha desacelerado después del bombardeo de la aviación norteamericana contra las posiciones avanzadas del ejército sirio, el avance es más lento.

Si en los próximos días, tanto el ejército sirio y sus aliados, como las milicias iraquís consiguen llegar a las fronteras, cada uno por un lado, es cuando se puede hablar de un eje real en el terreno que une, Beirut-Damasco-Bagdad-Tahran. Eso representará un eje, una alianza y una continuidad territorial y militar que tendrá una capacidad enorme de reacción y de resistencia ante cualquier ataque u ofensiva norteamericana-israelí-saudí, y tendrá su efecto sobre las correlaciones de fuerzas regionales y seguramente internacionales, es una guerra con consecuencias estratégicas.