ARABIA SAUDITA QUIERE TRASLADAR SUS GUERRAS AL LÍBANO

2016-03-13 18:34
Arabia Saudita, después de su fracaso en sus intervenciones militares tanto en Yemen como en Iraq, en Siria, y su intento de frustrar el acuerdo entre los países 5+1 e Irán sobre su programa nuclear, ha decidido trasladar el conflicto al Líbano. El Líbano un país frágil en medio de tensiones internas, de conflictos regionales y rodeado por guerras en países vecinos, tiene frontera con Siria, con Palestina ocupada y el mediterráneo. A pesar de que este rodeado de conflictos, de amenazas y tempestades, ha conseguido conservar una cierta estabilidad, y ha conseguido hasta cierto punto neutralizar las amenazas de los grupos takferistas del Estado Islámico en Iraq y el Levante (DAESH) y de los filiales del Qaeda en oriente medio Jabhat Al Nasra y otros. Estos grupos no han conseguido ocupar territorio y tener un entorno popular favorable, salvo en pequeña ciudad al norte-este del país, Aarsal, de 30.000 habitantes, en las altas montañas en la frontera con Siria que esta ocupada por la fuerza por DAESH y Jabhat Al Nasra y en contra de la voluntad de la población libanesa.A
La clase política libanesa dominante, tiene un acuerdo expresado en repetidas veces, que la tensión política y la división sobre el conflicto sirio no pueden pasar de la línea de las declaraciones verbales, volver a la guerra civil es una línea roja. Esta voluntad, acompañada con un acuerdo entre las grandes potencias, por diferentes motivos, principalmente la espera a como se configura las correlaciones de fuerzas en la región, de "congelar" la situación política en el Líbano. Ya han pasado 2 años sin que el parlamento elija un presidente de la República, con un parlamento que prolongó su mandato 2 veces, y un gobierno paralizado que no responde a las funciones más elementales de dar servicios a la ciudadanía, como es la recogida de la basura. A pesar de todos los males de la política de la clase dominante libanesa, pero se ha conseguido que los conflictos armados no se extienden al Líbano.
Arabia Saudita, que siempre ha estado con sus injerencias presente en la vida política libanesa, desde los acuerdos del Taif en 1989, como en los sucesivos acontecimientos y la evolución de la política en el Líbano, injerencias en las elecciones presidenciales, parlamentarias y en la formación de gobiernos. Anteriormente compartía esa injerencia en el Líbano con el régimen sirio, y actualmente con Irán y siempre con el visto bueno de EEUU como era la única potencia mundial presente en la zona. 
La situación regional ha cambiado, dos acontecimientos han producido estos últimos meses que han debilitado a la posición y han limitado el campo de maniobra de los saudís, el acuerdo de los 5+1 con Irán, y la intervención militar directa de Rusia en Siria y en consecuencia en la zona y concretamente en la parte oriental del mediterráneo. 
La familia real saudí, que vive también su propio problema y tensiones internas, ha elegido el camino de las aventuras de las intervenciones militares, en contra corriente de las nuevas correlaciones de fuerzas regionales e internacionales. Arabia Saudita encabeza la guerra contra Yemen, interviene directamente en Iraq y en Siria apoyando a grupos islamistas relacionados con Qaeda, y también a DAESH y Jabhat Al Nasra a través de Turquía, y últimamente amenazan de intervenir militarmente y directamente en Siria. Lo que ha cosechado Arabia Saudita hasta el momento, el fracaso detrás del otro, esta empantanada  en la guerra de Yemen con grandes pedidas en soldados como en el ámbito económico, y ha perdido influencia de decisión tanto en Siria como en Iraq.  El tema de Siria e Iraq, son ya internacionalizados, el acuerdo o el desacuerdo lo determinan Rusia y EEUU, con un espacio limitado a potencias regionales como Irán principalmente, Turquía y colateralmente Arabia Saudita. 
En esta conjetura de perdida de influencia, Arabia Saudita quiere trasladar las guerras al Líbano,  de una parte quiere castigar el Líbano, el conjunto del pueblo libanés por las reiteradas posturas del llamado gobierno de Unidad Nacional del Líbano de evitar tomar parte de los conflictos regionales, de no seguir a la política saudí frente a Irán en foros regionales, en la Liga Árabe, y en otros foros internacionales,  y de otra parte, quiere utilizar el Líbano de campo de batalla con la esperanza de aumentar su influencia principalmente en Siria.
En esa política de castigo, los saudís recurren a todas las formas y las amenazas, hasta el punto de dar una cobertura a una eventual nueva agresión israelí contra el Líbano. Una serie de medidas y de hechos que Arabia Saudita dirige contra el Líbano:
- La retirada de una ayuda al ejército libanés de 4 mil millones de dólares, prometida desde hace 4 años, con la compra de armas francesas. Esta compra ha suscitado muchas polémicas en Francia y en el Líbano, escándalos de intermediarios franceses que han cobrado sumas astronómicas, y las condiciones de los franceses de limitar la venta a armas defensivas que no representan peligro sobre el estado de Israel. Los observadores más cercanos al poder en Arabia Saudita ven en la decisión de la actual familia real saudí, como una política de varios objetivos: seguramente castigar el Líbano, pero refleja la crisis económica que sufre Arabia Saudita y la necesidad de tener ese dinero para mantener su guerra en Yemen, y  también puede ser fruto de la tensión en la familia real saudí, la decisión de dar ese ayuda fue una decisión personal del fallecido el rey Abdallah, amigo del líder libanés del Corriente Futuro, y exprimer ministro, Saed Al Harriri, que un día antes de la decisión saudí, abandonó su residencia habitual en Arabia Saudita para regresar al Líbano.
-  La captura por parte de las autoridades griegas de un barco, con carga de armamento que ha salido de Turquía y su destino el Líbano. Seguramente esa carga esta dirigida a grupos armados clandestinos en el Líbano y están relacionados con sectores de la oposición armada siria, sobretodo a grupos islamistas que apoya Arabia Saudita.
- La decisión del Consejo de Países del Golfo de considerar a la resistencia libanesa, a Hezbollah como organización terrorista. Un hecho que contentó y aplaudido por Israel, que ve en las fuerzas armadas de la resistencia libanesa, especialmente de Hezbollah como el mayor peligro al estado israelí. Una decisión como este, puede animar o dar cobertura en una futura agresión israelí contra el Líbano.
- La presión ejercida por Arabia Saudita en la reunión de los ministros de interior y de los ministros de exteriores de la Liga Árabe para que declaren a Hezbollah como organización terrorista, con la oposición del Líbano, Iraq, Argelia y Túnez y una postura tibia por parte de Egipto. La decisión se considera ilegitima por falta de unanimidad y encuentra oposición entre los pueblos árabes, la mayoría de los partidos en el mundo árabe han manifestado la condena a esa decisión y de solidaridad con la resistencia libanesa, un ejemplo destacado es el comunicado de la Unión General del Trabajo de Túnez (UGTT). 
- La petición emitida por los gobiernos del Golfo dirigida a sus ciudadanos para abandonar el Líbano.
- Por último, seguro que esta relacionado con la política saudí de tensar la situación en el Líbano, es el vídeo emitido por DAESH desde El Ruka, el bastión de ese grupo en Siria, que amenaza a los cristianos libaneses, que representan el 40% de la población, exigiendo que se conviertan al Islam o tendrán que pagar dinero o marcharse.
 
 La familia real saudí ha entrado en la dinámica de la huida hacia delante, de las aventuras, y la apuesta de jugar todo, lamentablemente con el apoyo de Francia,  manifestado por el presidente francés François Hollande en la entrega de la medalla de la Legión de Honor, el 4 de marzo,  al heredero saudí Mouhamed Ben Nayf.  Francia que no solo ha renunciado a sus valores  Igualdad, Libertad y Fraternidad, sino también igual que los saudís apuestan a perder.
La política saudí hacia el Líbano tiene todo a perder. Los propios sectores políticos libaneses, que históricamente han sido la marioneta de Arabia Saudita en el Líbano, no fueron capaces de justificar la política saudí, han manifestado el desacuerdo de considerar a Hezbollah como organización terrorista, sobretodo comparten con ese partido el poder, en el gobierno de Unidad Nacional, el Parlamento y varias instituciones del estado, saben que una decisión como esta, tiene su consecuencia sobre la paz civil, y entrar en un espiral de violencia con resultados negativos  para ellos mismos, que pueden también perder todo.